«Dragonfly»
Motivos no faltan, desde luego, para visitar una ciudad como Salamanca. Hay, sin embargo, una cita a la que no deberíamos dejar de acudir: El Museo Art Nouveau y Art Decó Casa Lis.
La Casa Lis es un museo cosmopolita donde están representados todos los movimientos nacionales de lo que en España conocemos como Modernismo; en Francia, Art Nouveau; en Alemania, Jugendstil; en Italia, Liberty; en Inglaterra Arts&Crafts.
Cuentan que cuando los visitantes franceses entran en la sala de vidrios de Émile Gallé, no pueden comprender cómo es posible encontrar tan magnífica colección de su compatriota. Seguramente la mejor colección pública en Europa, después de la que alberga Nancy. Hay tanta belleza en esos jarrones y lámparas con delicados motivos florales que el visitante se deja seducir rápidamente.
Émile Gallé (1846-1904) fue, junto a Antonin Daum, el creador del movimiento conocido como École de Nancy y es considerado como uno de los mayores representantes del movimiento Art Nouveau francés. En las Exposiciones Universales de París de 1878 y 1889 serían presentadas algunas de sus más bellas creaciones.
Con estudios en filosofía, botánica y dibujo, Gallé fue también un humanista comprometido. Participó en la creación de escuelas para la clase trabajadora (l´Université Populaire de Nancy) y en la Liga Francesa por la Defensa de los Derechos del Hombre. Fue asimismo destacable su labor de denuncia de los abusos del poder -junto a intelectuales como Zola- en el conocido como Affaire Dreyfus, que acabaría convirtiéndose en un símbolo universal de la iniquidad en nombre de la llamada razón de estado.
En Nancy, ciudad de tradición botánica, Gallé disponía de un taller donde los artistas trabajaban al lado de un gran ventanal que daba acceso a un auténtico jardín botánico. De esta manera el artesano podía tomar del natural los modelos que luego pasaría al vidrio que estaba decorando. Aunque el lema que rezaba en la entrada de su taller era «mis raíces se hunden profundas en los bosques», fueron sus estudios sobre las técnicas japonesas y china de fabricación del cristal los que le ayudaron a dar forma a su delicada visión del mundo de la naturaleza. Louis Majorelle, otro de los miembros de la Escuela, solía decir que «el jardín era su biblioteca». La flora y la fauna de la zona de Lorena ofrecen una fuente de inspiración aparentemente inagotable.
Entre los motivos iconográficos utilizados pueden identificarse libélulas (tema favorito del Art Nouveau) o estrellas de mar. En cuanto a la flora, se decora profusamente con dibujos de especies silvestres, de jardín y exóticas: nenúfares, sagitarias, llantenes, lirios, rosas, margaritas, azucenas, pensamientos, cardos (el cardo es el símbolo de Nancy y está presente en su escudo), ciruelos, cerezos, manzanos, magnolios, sicómoros, orquídeas y un largo etcétera. Mención especial requieren las anémonas japonesas blancas que Gallé utilizará en numerosos diseños, una muestra más de su admiración por el arte japonés.
Diseño botánico de Gallé (Lilium). Corning Museum of Glass (New York).
La obra de Gallé no se puede entender sin tener en cuenta la verdadera pasión que siente por la naturaleza, con la que mantiene una relación casi científica. Por eso exige a todos sus obreros y decoradores una gran familiaridad con ella, de manera que puedan captar toda su belleza.
En la mejor tradición modernista, sus trabajos en cristal fueron mucho más apreciados por su valor artístico que por su diseño funcional. Gallé recrea en sus piezas un microcosmos donde el pétalo de una flor (o el ala de un insecto) pueden alcanzar una belleza cargada de alto contenido poético.
El Museo alberga una colección de más de cien piezas de la Escuela de Nancy, siendo Gallé el autor más representado con treinta obras: jarrones, lámparas y otros objetos de vidrio doblado y grabado con la técnica del ácido fluorhídrico. De la lámpara ‘Dragonfly’ solo se conocen tres ejemplares en el mundo. También hay obras de los hermanos Daum (influidos por Gallé) con estupendas piezas de inspiración japonesa y naturalista. En este caso la decoración con motivos naturales presenta un mayor realismo, si cabe, con representaciones muy perfiladas, casi de ilustración botánica.
Tanto Gallé como Daum fabricaron lámparas en un estilo muy parecido al resto de su producción en cristal. El cristal formaba parte de la pieza desde su base, pasando por el fuste, hasta llegar a la pantalla. Se muestra predilección por adoptar la forma de champiñón en ese afán de imitar la naturaleza.
La colección de vidrios contiene también algunas otras obras que merecen atención, como el juego de copas de Kar Fabergé, joyero oficial de la Corona Rusa o el pequeño conjunto de piezas de Johann Loetz, vidriero de la región de Bohemia, caracterizadas por un aspecto irisado y anacarado, que recuerda los mejores trabajos del artista art nouveau norteamericano Louis Comfort Tiffany.
Es evidente que el estudio y la observación directa de la naturaleza se convirtió en una actividad fundamental del Art Nouveau para recrear, en definitiva, naturalezas artificiales y ornamentos simbólicos.
Una verdadera delicia para quienes se interesan por la relación, siempre fecunda, entre Arte y Naturaleza.
Bibliografía:
Haydy, W. (2004). Guía del Art Nouveau. Madrid: Ágata.
Mi primer encuentro con Gallé fue en una exposición de sus maravillosas obras de vidrio en el Museo de León. Desde entonces quise repetir la experiencia. Pero había que ir a Nancy. ¿O no? Podía hacerlo en Salamanca.
Descubrir la Casa Lis fue una alegría inmensa para mí: allí estaban parte de los jarrones y las lámparas que tanto me habían impactado: exquisitas en su factura, impecables en las representaciones botánicas. Todo un regalo para las sensibilidades más exigentes.
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Gracias, María. La Casa Lis es una visita obligada en Salamanca.
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