León Felipe en la Plaza Mayor de Tábara
…ni piedra de una Lonja,
ni piedra de una Audiencia,
ni piedra de un Palacio,
ni piedra de una Iglesia
Viví dos años en Zamora. Nunca visité Tábara. Ha sido un placer hacerlo ahora. Aquí nació Felipe Camino Galicia de la Rosa, León Felipe, y en la plaza de este pequeño pueblo de la comarca de Aliste una estatua en bronce, obra de Hipólito Pérez Calvo, le recuerda. Leemos tres poemas suyos: Quiero…sueño, Como tú, y Romero solo… El primero pertenece a su libro Llamadme publicano (1950). Los otros dos están incluidos en Versos y oraciones de caminante (1920). En los tres se reivindica al eterno viajero, al per-agrere, a quien cruza siempre por caminos nuevos, como piedra ligera, sin dar opción a que la vida haga callo, sin convertirse en oficiante. Es el poeta que ama la libertad y quisiera verse en el viento; el que, rodando por calzadas y veredas, considera todos los pueblos y todos los cielos suyos. Himno y oración.
No existe un oficio de poeta
Existe una labor oscura y persistente de navegante
Ser en la vida
romero,
romero sólo que cruza
siempre por caminos nuevos;
ser en la vida
romero,
sin más oficio, sin otro nombre
y sin pueblo…
ser en la vida,
romero… romero…
sólo
romero.
Que no hagan callo las cosas
ni en el alma ni en el cuerpo…
pasar por todo una vez,
una vez sólo y ligero, ligero,
siempre
ligero.
Que no se acostumbre el pie
a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa,
ni la losa de los templos,
para que nunca
recemos
como el sacristán
los rezos,
ni como el cómico
viejo
digamos
los versos.
La mano ociosa es quien tiene
más fino el tacto en los dedos
decía el príncipe Hamlet
viendo
cómo cavaba una fosa
y cantaba al mismo tiempo
un
sepulturero.
No
sabiendo
los oficios
los haremos
con
respeto.
Para enterrar
a los muertos
como
debemos,
cualquiera sirve, cualquiera…
menos un sepulturero.
Un día
todos sabemos
hacer justicia;
tan bien como el rey hebreo,
la hizo
Sancho el escudero
y el villano
Pedro Crespo…
Que no hagan callo las cosas
ni en el alma ni en el cuerpo…
pasar por todo una vez,
una vez solo y ligero, ligero,
siempre
ligero.
Sensibles
a todo viento
y bajo
todos los cielos,
Poetas,
nunca cantemos
la vida
de un mismo pueblo,
ni la flor
de un solo huerto…
Que sean todos
los pueblos
y todos
los huertos nuestros.
Bibliografía:
León Felipe (1974). Llamadme publicano. México. Finisterre editores.
León Felipe (2022). Versos y oraciones de caminante (libro I). Facsímil de la Ed. Instituto de las Españas en los Estados Unidos (Nueva York), 1920. Madrid. Visor.






